Las calderas de gasoil o gasóleo C tienen como característica principal el uso de este combustible para generar la energía necesaria para la calefacción y el agua caliente sanitaria. Estos aparatos cuentan con un depósito en el que se almacena el gasoil para la calefacción, la cantidad máxima dependerá del tamaño de la caldera y el uso para el que se destine (hogar, industrial, instalaciones deportivas…)
El gasoil almacenado fluye por un conducto desde el depósito hasta la cámara de combustión, que en todas las calderas está cuidadosamente fabricada para garantizar la máxima seguridad. En esta cámara, el gasoil para calefacción es atomizado, es decir, dividido en muchas gotas diminutas.
La cámara de combustión dispone de unos electrodos que, produciendo una descarga eléctrica, prenden fuego al gasoil para calefacción atomizado, provocando unas llamas controladas pero con duración. El fuego generado por la combustión del gasoil calienta una zona de la caldera llamada intercambiador de calor.
Desde esta zona los humos de la combustión pasan a otra cámara para la expulsión de los mismos, que debe tener unas medidas adecuadas y contar con una instalación segura. Generalmente, el calor obtenido en el intercambiador calienta agua, que se hace circular por un circuito de calefacción o bien se utiliza como agua caliente sanitaria, dependiendo de la instalación.
Por otra parte, existen instalaciones en las que las funciones de calefacción y suministro de agua caliente sanitaria son ejercidas por dispositivos independientes, uno en el garaje y otro en la cocina, por ejemplo. Sin embargo, generalmente, las calderas de gasoil para calefacción suelen ejercer ambas funciones.
Fuente: www.exclusivasbaymar.com
Tags: calderas, calefacción
POR COGAS EN NOTICIAS EL 6 AGOSTO, 2015